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miércoles, 22 de noviembre de 2017

Piotr Ilich Chaikowski (Peter Ilich Tchaikovsky). Mi Música Preferida.

El Mejor Romanticismo del Mundo...






Aunque para mí, Tchaikovsky, es el mejor compositor de todos los tiempos (mi respeto y disculpas para quien crea que otros de los buenísimos compositores que ha dado la historia, están por encima de él, pero no establezco mi criterio en base a una ordenación, ni categoría), y ello me hace ser parcial  en mi predilección por su música (algunas veces vehementemente lo soy), trataré de ser todo lo imparcial que pueda y mi apasionamiento me permita.
Tchaikovsky, era un niño prodigio a la edad de 7 años: escribía poesía y ensayos, en un francés excelente, mas lo que ocurrió hasta la edad de 20 años, debió de suponer para su natural instinto musical, quizás más que una larga espera. Iliá, padre de nuestro músico, quería que este hiciera carrera de funcionario, pero desde 1855, costeó lecciones privadas de música para su hijo, que no llegaron a fructificar hasta años después; para ello tuvo que someterse al gusto paterno, trabajando (después de una fuerte preparación y oposición al cuerpo funcionarial), para el Ministerio de Justicia como funcionario, desde 1859 a 1863, año en que comenzó sus estudios profesionales de música, en el nuevo Conservatorio de Música de San Petersburgo, fundado y dirigido por Antón Rubinstein excepcional pianista de la época, que acompañado del compositor Nikolái Zaremba (futuro sucesor de Rubinstein al frente del Conservatorio), ejercieron como sus más próximos profesores. No obstante, el romanticismo que desde joven circulaba por sus venas y, la admiración que sentía por Verdi o Mozart entre otros, llevaron al joven Tchaikovsky a una carrera de éxitos incuestionable. Su primera gran composición fue la Sinfonía nº 1, conocida por Sueños de invierno, a la que Rubinstein y Zaremba no vieron con buenos ojos, surgiendo entre ellos una disputa que significaría a la postre la disolución de sus relaciones. La Sinfonía, fue estrenada en Moscú en febrero de 1868, con notable aceptación. Esta Sinfonía, es una melódica pieza, donde se entrevé el claro amor del compositor por los temas tradicionales patrios, a los que aporta lirismo y énfasis a partes casi iguales, y resulta una delicia auditiva, llena de íntimas sensaciones y el saludable frescor de los campos rusos. La partitura en cuestión fue tenida como demasiado audaz para su tiempo, debido a sus contrapuntos musicales, algo que sucedería durante toda su carrera, y que contribuyó a  vislumbrar el incipiente romanticismo de su autor y es, para mí, una obra sublime. A raíz de la desvinculación anterior, Tchaikovsky decide mantener su independencia musical aún a costa de enfrentarse al grupo de Los Cinco, con los que empezó a relacionarse y, que estaba formado por Balákirev, César Cui, Borodin, Músorgski y Rimski-Kórsakov, a los que consideraba alejados de su estética personal, pero su acercamiento a Balákirev con motivos profesionales, el trato de cordialidad entre ellos y, la presentación de su primera obra maestra, la Fantasía-Obertura de Romeo y Julieta, que Los Cinco, aceptaron de inmediato, hizo que definitivamente, abandonara el Conservatorio de San Petersburgo.
Esto propició que Nikolái Rubinstein (hermano menor de Antón), lo llamara para formar parte como profesor, del Conservatorio de Moscú. A partir de aquí, su carrera estuvo jalonada por sus grandes éxitos musicales y una vida personal sórdida y atormentada; en una carta enviada a Madame von Meck, con motivo de la terminación de su cuarta sinfonía, Tchaikovsky se expresa en estos términos:
La Introducción es la base de toda la Sinfonía; comprende la idea principal en las trompas y fagotes. Ésta representa el Destino, la fuerza fatal que se opone a la realización de la felicidad deseada, que vela celosamente para ahuyentar el bienestar y el reposo, e impide que el cielo amanezca sin nubes. Es una fuerza que nos amenaza continuamente como una espada de Damocles y que nos envenena el alma.
Extraído de Enciclopedia de la Música, de Casper Höweler. Editorial Noguer. 1977 (Quinta Edición)

Mas la problemática por sus inadecuados comportamientos, le persiguió durante gran parte de su vida, derivados de su declarada homosexualidad; a este respecto, hay que señalar su gran timidez, que le deparaba una inestabilidad emocional en presencia de los hombres: La compañía de los hombres es tan solo agradable cuando no exige una conversación; esta afirmación por parte del músico, puede prestarse a varias interpretaciones, pero debido a su gran sensibilidad y como ha pasado con otros ilustres de la historia, la confusión y desconocimiento al respecto, pueden haber conducido a confeccionar una biografía errónea. A todo esto, se le unía la escasez de medios y, una supuesta (algunos historiadores lo aseguran) predisposición a la esquizofrenia. De todas formas y siguiendo con lo que nos ocupa, se haría muy prolijo detallar aquí todas las obras de este genial músico, pero por nombrar algunas y sin que ello suponga un compromiso sobre su orden, citaré: la Sinfonía nº 4  (Parece que dedicada a Madame von Meck, y conocida con el sobrenombre de Del Destino), nº 5 y nº 6 (Terminada poco antes de morir y, bautizada como Patética por su hermano Modesto), Concierto nº 1 para piano y orquesta, Concierto para violín y orquesta (Se cuenta que los mejores violinistas de la época decían que era imposible tocar esta composición), Obertura Solemne 1812 (Compuesta con motivo de la consagración de la iglesia del Redentor de Moscú, construida en memoria de la Campaña de Napoleón, siendo ejecutada en la plaza delante de la iglesia, debido al elevado número de intérpretes de la pieza, al uso de campanas de iglesia y al despliegue de varias piezas de artillería con cañonazos reales), La bella durmiente, El lago de los cisnes, El Cascanueces, Sinfonía Manfred (Según el poema dramático de Lord Byron, siendo considerada por algunos como su Séptima Sinfonía) y muchas más, aunque a buen seguro, cada cual tendrá su lista propia.
Con motivo del estreno del Concierto nº 1 para piano y orquesta, que según confesó más tarde, estaba dedicado a Nikolái Rubinstein y al cual ofreció su interpretación, que rechazó, a parte de declararse en oposición a esta obra, entabló relación con el famoso pianista Hans von Bülow, que a partir de ese momento, se convirtió en su mejor aliado para la difusión de sus trabajos.
Como medio de vida, gozó de la gracia otorgada por el Zar Alejandro III de Rusia que le concedió una pensión vitalicia de 3.000 rublos, pero sobre todo, su gran valedora fue la aristócrata Nadezhda von Meck, con la que mantuvo una intensa relación epistolar durante 13 años, aparte de recibir durante esos años, una pensión de 6.000 rublos, equivalente a un tercio de sus gastos. No se vieron nada más que una vez y de forma no muy placentera para ambos.
Para que en su vida no faltara nada, también como en el caso de muchos otros personajes insignes de la historia, su muerte estuvo rodeada de misterio y especulaciones, que han llegado a nuestros días, sin que los estudiosos y biógrafos se hayan puesto de acuerdo. Con respecto a esto, el Washington Post, publicó el 13 de septiembre de 2009, un artículo firmado por Tim Page (profesor de periodismo y música en la Universidad del Sur de California), con motivo de la reseña del libro Tchaikovsky de Roland John Wiley y del cual entresaco lo siguiente:


  • ... Tres años más tarde, Tchaikovsky murió a la edad de 53 años, a causa de un ataque de cólera que supuestamente provocó al beber un vaso de agua sin hervir. Inmediatamente se sugirió que tenía la intención de suicidarse, incluso, según algunos teóricos de la conspiración, que se le ordenó suicidarse debido a su aventura con un joven noble. "No se puede dudar de que se suicidó", declaró el "Diccionario de Música y Músicos de New Grove" en 1981. Wiley no está tan presumido como todo eso. "Los eventos de esos últimos días ahora están oscurecidos más allá de la esperanza de claridad por el tiempo y la intervención", escribe. «No sabemos, y probablemente nunca sepamos más allá de toda duda, la causa de la muerte de Tchaikovsky».

Al final de la galería fotográfica, podemos escuchar si nos place, el Concierto nº 1 para piano y orquesta, la Sinfonía nº 4 y la Suite de La bella durmiente.


Casa donde Peter Ilich Tchaikovsky vivió sus últimos años, actual Museo Tchaikovsky


Conservatorio de Música de San Petersburgo


Conservatorio de Música de Moscú



Tumba de Tchaikovsky en el Monasterio de Alejandro Nevski



Suite de La bella durmiente
Berlin Philarmonic (Orquesta Filarmónica de Berlin). Herbert von Karajan



Concierto nº 1 para piano y orquesta
Orquesta de París. Paavo Järvi
Piano: Lang Lang


Sinfonía nº 4
Orquesta Sinfónica de Galicia. Dima Slobodeniouk

martes, 21 de noviembre de 2017

Frank Lloyd Wright. Íconos

Las Normas de la Arquitectura...





Todas las artes, necesitan a genios que las potencien, que las adapten al inescrutable paso del tiempo, que las dignifiquen. La arquitectura, encontró en la persona de Frank Lloyd Wright, a uno de ellos. Originario de una familia británica de pastores instalada en las praderas de Wisconsin, lo que sin duda, influyó en su posterior concepción de la arquitectura, pronto se decantó por esta disciplina que le llevó a trabajar en varios estudios, pero fue con Louis Sullivan con quien inició su importante y trascendental carrera, una de las más importantes en su campo, siendo reconocido como el renovador de la arquitectura del siglo XX. Su visión humanizante de la construcción, le hizo concebir edificios perfectamente adaptados a las condiciones para las que habían sido diseñados, bien fueran edificios de tránsito social, como museos, oficinas u hoteles, o de uso familiar, como sus famosas casas. No puedo referirme aquí a una vasta vida dedicada al arte conceptual e individual de Lloyd, ni a su vasto bagaje, pues ello sería objeto como mínimo, y supongo la haya, una tesis doctoral. Pero su legado, es el más importante y la más bella muestra de su arte, que nutrió a más de tres generaciones de arquitectos de todo el mundo. Como todo gran maestro, obvio es decir, que tuvo sus detractores, que según mi opinión, quedan en evidencia, ante una obra de exquisita factura.
Frank Lloyd, tuvo una devoción cercana por el poeta Walt Whitman, al que consideraba el cantor de la vitalidad existencial, del individualismo creativo como medio de favorecer al todo:



Yo me celebro a mí mismo, canto a mí mismo, 
y lo que yo acepto también tú lo deberás aceptar, 
porque cada átomo que me pertenece 
te pertenece igualmente a ti.


                          Walt Whitman - Hojas de hierba



Por último, Frank Lloyd, en su A Testament (1957), explica entre otras cosas:


  • «Quienquiera que se halle empeñado en la obra creativa está expuesto a la persecución odiosa de las comparaciones. Las odiosas comparaciones constituyen la peste de la creatividad cuando esté implicado el principio poético, porque solo por comparaciones comprende la mente inferior; comparaciones, frecuentemente equívocas, adoptadas una por otra como bases utilitarias. Pero la mente superior comprende por análisis; del estudio de la Naturaleza.»

Decir también, que estuvo relacionado con la filósofa y escritora Ayn Rand, desarrolladora de los principios filosóficos del objetivismo y autora de la novela The Fountainhead (El manantial. 1943), donde el protagonista, el arquitecto Howard Roark, es una prolongación arquetípica del propio Lloyd y, no reconocida oficialmente por él. Posteriormente fue llevada al cine de la mano del director King Vidor, con el mismo título de la novela.

A continuación podemos admirar, algunos de sus más emblemáticos diseños:


Casa de Frank Lloyd Wright. 428 Forest avenue, Oak Park (Illinois). 1889


Casa de Frederik C. Robie. 5757 Woodlawn avenue, Chicago (Illinois). 1909


Interior de la casa de Frederik C. Robie


Imperial Hotel. Tokyo. 1916 - 1922
Esta magna construcción, fue destruida en parte por varios terremotos y,
sobre todo por los bombardeos americanos del 10 y 11 de marzo de 1945,
que derrumbaron el 40% de la obra original y, aunque se promulgó su
restauración, los costos y disputas surgidos entre sus dirigentes,
concluyeron con su demolición en 1964. Una pérdida irreparable,
dada la suntuosidad y dimensiones de esta gran obra.


Interior del Imperial Hotel. Tokyo


Maqueta a escala 1:25, del Imperial Hotel, existente en Tobu World Square,
donde se puede apreciar la magnitud de la obra


Una de las estancias del actual Imperial Hotel,
donde se ha querido mantener el espíritu original del diseño de Lloyd


Casa de Edgar J. Kaufmann o Casa de la Cascada. Bear Run (Pennsylvania). 1936


Edificio del Solomon R. Guggenheim Museum. New York. 1943 - 1958


Interior del Solomon R. Guggenheim Museum


Torre Price. Bartlesville (Oklahoma). 1953 - 1956


Sinagoga Beth Sholem. Filadelfia (Pennsylvania). 1954


Interior de la Sinagoga Beth Sholem


Iglesia ortodoxa griega. Milwaukee (Wisconsin). 1956


Interior de la Iglesia ortodoxa griega

domingo, 19 de noviembre de 2017

Salvador Dalí. Íconos

La Razón de la Creatividad...





Salvador Dalí, nacido en Figueras, fue principalmente un pintor y escultor, vinculado a distintos estilos artísticos, sobre todo el dadaísmo y surrealismo, siendo de este último su máximo representante. Se relacionó con García Lorca, Picasso, Luis Buñuel, Tristan Tzara, Man Ray, Alfred Hitchcock, Walt Disney, entre otros grandes artistas. Mundialmente conocidos, sus trabajos se encuentran distribuidos por todo el mundo, existiendo diversos museos que toman su nombre, como el Salvador Dalí Museum de San Petersburgo en Florida (EEUU). Fue un personaje lleno de excentricidades que lo configuraron universalmente por su porte dandy y su característico bigote, al estilo de su adorado Velázquez. Su obra representa, según mi opinión, el mundo onírico que siempre tuvo presente y, que mostró al mundo entero en el decorado que construyó en 1945, para la película de Hitchcock Recuerda.


Mi lista de sus siete mejores obras


 
Figura asomada a la ventana. 1921. Museo Español de Arte Contemporáneo. Madrid

Monumento imperial a la mujer niño. 1929.
Donación de Dalí al Estado español


La persistencia de la memoria (Serie relojes blandos). 1931.
The Museum of Modern Art. New York


La carreta fantasma. 1933. Colección privada. Ginebra


Reminiscencia arqueológica del Ángelus de Millet. 1935.
Colección E. y A. Reynolds Morse. Préstamo al
Salvador Dalí Museum de San Petersburgo. Florida


El Cristo de San Juan de la Cruz. 1951.
The Glasgow Art Gallery. Glasgow


La cola de la alondra (último de sus cuadros) 1983.
Donación de Dalí, al Estado español





John Everett Millais. Prerrafaelismo. Ofelia (Ophelia). 1852. Miremos el Arte

El Perfeccionismo en el Pincel...




John Everett Millais (Autorretrato. 1881)

REY.- ¿Qué sucede ahora, hermosa Reina?

REINA.- Una desgracia va siempre pisando sobre los talones de otra, siguiéndola rápidamente. Laertes, tu hermana se ahogó.

LAERTES.- ¿Ahogada? ¡Oh! ¿En dónde?
REINA.- Donde hay un sauce que crece a las orillas del arroyo, reflejando en las ondas cristalinas la imagen de sus hojas pálidas. Allá se dirigió, fantásticamente coronada de flores silvestres, violetas, margaritas y grandes flores púrpuras a las que los indecentes labradores les dan un grosero nombre, y las modestas doncellas las llaman dedos de muerto (Se refiere a un tipo de orquideas). En cuanto llegó, se quitó la corona y quería colgarla de las pendientes ramas, cuando se tronchó un envidioso brote, y ella cayó al torrente fatal con todo y sus rústicos adornos. Sus ropas, huecas y extendidas, la llevaron un rato sobre las aguas, semejante a una sirena, en tanto iba cantando pedazos de canciones antiguas, como ignorante de su desgracia, o como criada y nacida en aquel elemento. Pero no era posible mantenerse así por mucho tiempo, porque sus vestiduras, pesadas por el agua que absorbían, sumergieron a la infeliz, silenciando su melodioso canto con la muerte.
LAERTES.- ¡Ay! Entonces se ahogó.
REINA.- Sí, se ahogó, se ahogó.
LAERTES.- Pobre Ofelia, tenías demasiada agua, para aumentarla de este modo con mis lágrimas. Pero aunque es nuestra forma natural de lamentarnos, luego que este llanto se vierta, nada quedará en mí de femenil. Adiós, mi señor. Mis palabras de fuego arderían en llamas si no fueran apagadas por este imprudente llanto. (Sale).




  • Hamlet. Entresacado del Acto IV. Escena VII. William Shakespeare.Considerada una de las descripciones de la muerte, más poéticas de la literatura universal.


Ophelia (1852) John Everett Millais

Ophelia. Detalle


A mitad de la década de 1850, la pintura en Inglaterra estaba estancada y no encontraba los métodos de un cambio que supusiera un relanzamiento de ideas y tratamientos. El uso reiterado de elementos, formas y postulados del manierismo (movimiento artístico de finales del siglo XVI), hizo que un grupo de artistas, sobre todo pintores y poetas, se unieran para defender un criterio artístico que se concretó en la creación de un grupo que se denominó prerrafaelistas. Obvio es decir, que este apelativo corresponde al interés del grupo a volver a los cánones más precisos, luminosos y realistas del arte previo al gran Rafael Sanzio de Urbino, conocido simplemente como Rafael. En 1848, el pintor John Everett Millais (1829-1886), el pintor y poeta Dante Gabriel Rossetti (1820-1882) y el pintor William Holman Hunt (1827-1910), fundaron la Hermandad Prerrafaelita, que aunque no contó con muchos adeptos y apoyos de la crítica, si aportaron obras de indudable calidad, con una factura de realismo, luz y color apabullantes. Sus temas y personajes, escogidos entre los clásicos, eran mayoritariamente ficticios, pero "retratados" con una solvencia inaudita. Y cuando se trataba de personajes reales, la fusión entre retrato y realidad era extraordinaria. Decir, que creo firmemente en que la sinceridad del artista creativo, en cualquiera de las disciplinas artísticas, lo es todo, y este punto era el primero en la declaración de intenciones de esta hermandad, que aparte pedía a quien quisiera seguirlos, un tratamiento respetuoso de la naturaleza, la inclusión de la máxima belleza femenina, la búsqueda de la perfección en la elaboración de sus obras y, olvidar lo aprendido, lo académico para esforzarse en la creación de la realidad, aunque esta tuviera que inventar personajes y situaciones, pero dentro de un ambiente donde nada quedara al azar o fuera tratado con ligereza y desconocimiento de su propio contexto. Casi cien años después, los prerrafaelistas y sus perfectas obras, empezaron a ser reconocidas por la crítica, artistas y público, siendo ahora motivo de homenajes y reivindicaciones de su primoroso arte. Uno de estos homenajes, quizás, según mi criterio, el mejor de ellos, se encuentra en el comienzo de la película Melancolía, del director danés Lars von Trier, en una secuencia impactante, conseguida gracias a la tecnología actual que permite grabar imágenes en alta definición y ultra cámara lenta.



La actriz Kirsten Dunst, en la película Melancolía, en clara referencia a la pintura de Millais



Dante Gabriel Rossetti, pintado por George Frederic Watts (1871)



El Santo Grial (1860) una perfeccionista obra de Rossetti


William Holman Hunt (Autorretrato. 1867).
Nótese la extrema pulcritud de los detalles



La consciencia del despertar (1853), preciosista pintura de Hunt


domingo, 13 de agosto de 2017

Lista de Mis Cinco Mejores Películas de...

Western


No creo que nadie por muy erudito que sea en el mundo del cine, pueda elaborar una lista ecuánime de películas, temas, actores, etc., porque siempre faltarían algunas para él y para otros habría que cambiarlas todas. No obstante, bajo la premisa de que hay gustos para todo, cada uno puede jerarquizar sus preferencias, y éstas, siempre merecerán todos los respetos del resto de cinéfilos. Dicho lo dicho, estamos ante un género suficientemente consolidado en el espacio fílmico, y decisivo en la historia del cine, pues en 1903 el cineasta Edwin S. Porter, colaborador en el estudio de Thomas Alva Edison, realizó el primer western del cine como narrativa en imágenes, siendo también a su vez, el primer montador de imágenes tomadas en diferentes localizaciones y en diferentes momentos, paso fundamental (el montaje), en la consecución de una historia coherente. La película se tituló The Great Train Robbery (Asalto y robo al tren), tenía una duración aproximada de 10 minutos y constituyó un gran éxito de público y crítica, lo que contribuyó a la rápida proliferación de nickelodeones, pequeñas salas de proyección cinematográfica, en todo el territorio de EEUU.
Me he fijado un tope de cinco películas porque aunque lo hubiera hecho con 10 ó 20, mi problema de elección se habría multiplicado por 3 ó 4 y tampoco solucionaría lo que a todas luces no ofrece posibilidad de continuidad, mejora o acierto fidedigno.
Cuando se nombra la palabra Western, a todos los cinéfilos nos viene inmediatamente (o, por lo menos a mi me pasa) a la mente dos nombres John Ford y John Wayne, ambos artífices de los momentos más memorables del cine del oeste.
Ford había comenzado en 1917 a narrar historias (mudas) ambientadas en el oeste, con el carismático Harry Carey de protagonista, filmando más de 35 películas dedicadas a este tema, donde la mayoría son de una gran calidad. En cuanto a Wayne, conocido en el mundo del cine como The Duke (El Duque), había comenzado precisamente en el western en 1926, protagonizando como secundario, una película titulada El Asalto al Tren Expreso (una coincidencia casi exacta con el nombre del primer western de la historia antes nombrado) y, ya, su carrera fue una sucesión de buenos personajes en los cuales dejo su impronta para la eternidad.
Pero no tenemos que olvidar a otros clásicos y excelentes directores y actores: Fred Zinnemann, Gary Cooper, Anthony Mann, James Stewart, Howard Hawks, Kirk Douglas, Michael Curtiz, Errol Flynn y una casi infinita pléyade de estrellas.
En cuanto a títulos, son tantos y tan buenos que se hace imposible nombrarlos a todos: Río Lobo, El Dorado, El Último Tren a Gun Hill, El Árbol del Ahorcado, Por Un Puñado de Dólares, El Jinete Pálido y las más modernas Silverado, Tombstone: La Leyenda de Wyatt Earp o El Tren de las 3:10.

Mis Cinco Mejores Películas de Western





Para mi, el mejor western y una de las mejores películas de la historia del cine.
La búsqueda de una muchacha raptada por los indios, se convierte también en la búsqueda de la propia identidad, de la reflexiva cuestión de plantearnos quienes somos y porque actuamos como lo hacemos, en definitiva, de cómo vivimos. A veces es doloroso y nos obliga a perdonarnos a nosotros mismos, por un sencillo y a la postre humano motivo: alcanzar la madurez.
Por otro lado John Ford, está presente en cada fotograma para impregnarlo de su singular visión cinematográfica, a parte de darnos un buen paseo por Monument Valley, una de sus grandes pasiones.
John Wayne está magnífico, al igual que el joven Jeffrey Hunter. Jamás olvidaré el alarde fordiano con que termina la película: cámara situada dentro de la casa y a contraluz, John Wayne, enmarcado por el dintel de una puerta, se va alejando, mientras la puerta se cierra dejando la pantalla en negro. El The End más logrado de la historia del cine.
Magistral de principio a fin.



Calificación:





Intentar descubrir a estas alturas a Clint Eastwood, por decir algo, no es serio, por ello, daré solo unas pinceladas con motivo de este singular pero magnifico western.
Iniciado en el spaghetti western, de la mano de su mentor Sergio Leone, con el que realizó 3 grandes western, supuso su lanzamiento al estrellato, que unido a su talento interpretativo le aupó rápidamente a ser disputado por directores "más afamados". Poseedor de un carismático porte y un frío control de los personajes, estas cualidades, le posibilitaron la creación de implacables tipos, como Harry Callahan, antes de dar el salto tras las cámaras, cuestión esta, por la que todos los aficionados le estamos muy agradecidos. Eastwood, pulió sus personajes de oeste de antaño, sin desposeerlos de su interés, basado en una ambigüedad casi kafkiana: un asesino que hace el bien. En efecto, el forastero de Infierno de Cobardes, Josey Wales de El Fuera de la Ley, el predicador de El Jinete Pálido o William Munny de esta excelente Sin Perdón, pertenecen a la misma tipología personal y sentimental, sin alma, pero razonablemente bueno y frío calculador, para llevar a cabo sus designios, que tanto gusta al público y, que a menos que te descuides, te atrapa y no te deja ni rechistar.
Sin Perdón es, un brillante cierre a una tetralogía incuestionable.
Magnifica aportación de actores, con una ambientación y puesta en escena impecable, y otro gran final, como corresponde a los grandes maestros.



Calificación:





Una película sobre los códigos ético, de honor y humano, que inunda la pantalla con personajes que en su disparidad, crean una trama cuya verosimilitud asombra a medida que el film avanza. Contada como un relato del abogado encarnado por James Stewart, tiene momentos memorables logrados por la implicación de sus protagonistas. John Ford, volvió a las andadas, con otro western para la posteridad, repleto, si se me permite la expresión, de misticismo, y un claro objetivo: la muerte del forajido Liberty Valance, es a su vez, la muerte del viejo oeste.



Calificación:




Solo Ante el Peligro, es punto y aparte. Fred Zinnemann, logra crear con un solo personaje una tensión que transmite al espectador, a cada segundo de una "interminable" espera. Will Kane es un sheriff de un pequeño pueblo del oeste americano, amenazado por un asesino al que él mandó a la cárcel, y que tras su puesta en libertad, ha jurado venganza.
Nadie en el pueblo le ayudará y hay un tren que trae al asesino, para matarlo.
Los momentos de espera y tensión, no son solo eso, son los que encumbran al héroe, al hombre atrapado entre su responsabilidad y su temor a que su mundo se desplome (él está recién casado con Amy, su joven esposa interpretada por Grace Kelly), pero el bien debe de prevalecer, no para satisfacción del público, sino como medio de preservar a la humanidad de los avatares que la amenazan.
Gary Cooper, el larguirucho como era conocido entre sus amigos, borda un personaje sobrio a la vez que elegante, como a él le gustaba que le viera su público. A partir de esta película, los hombres de bien que quedan "colgaos" por sus propios vecinos, fueron en aumento en la filmografía no solo del western, sino incluso en el campo de la ciencia ficción, que se permitió el lujo de rehacerla en la correcta Atmósfera 0, con protagonismo de otro grande, Sean Connery.



Calificación:




Cuando dos actores de la talla de Kirk Douglas y Anthony Quinn se enfrentan ante las cámaras y del otro lado esta un artesano de la imagen como es John Sturges, autor entre otras de las inspiradas Conspiración de Silencio, Duelo de Titanes, Los 7 Magníficos o La Gran Evasión, por nombrar algunas de su amplio catálogo de realizaciones, solo podemos esperar un film lo suficientemente sólido y eficaz, para lograr que la historia logre ser veraz. Analizándola planamente, la trama es sencilla: Matt Morgan (Kirk Douglas) es un sheriff y Craig Belden (Anthony Quinn), son dos viejos amigos, cuyas vidas vuelven a cruzarse, por el trágico asesinato de la mujer del sheriff a manos del hijo de Craig y sus amigos. Matt jura llevar a los asesinos ante la ley, con la oposición de Craig. También hay un tren (como casi todas las películas del western que se precien) y también hay una hora, las 21:00, y una lucha contra el reloj, donde cada uno jugará sus bazas. 
La actuación de Kirk Douglas, de un hombre abatido por la tragedia y defensor de la ley y la justicia, hasta el punto de no maltratar a quien poco antes ha matado brutalmente a su esposa, es soberbia: su mirada sombría y triste, es a la vez una confesión de su dolor interno y la llama que mantiene firme en su mano la escopeta de dos cañones con que apunta al homicida. En el otro lado, Anthony Quinn, nos muestra su desesperación ante el grave crimen de su hijo, su sentido de protección paterno y el quebrantamiento de la justicia que esto le supone. Tour de force de dos de los grandes de Hollywood, con un final de antología, que ya es un clásico.



Calificación:



© francisco javier costa lópez

jueves, 10 de agosto de 2017

Marlon Brando. Íconos

El Actor Sin Más...






Gran actor norteamericano, mundialmente conocido por su porte y calidad interpretativa, aunque a veces se le ha calificado de demasiado histriónico.

Mi Lista de sus Cinco Mejores Películas.


Tremendo drama y genial interpretación de Brando, que nos deja con la boca abierta.
Con momentos de gran tensión, un film de los que hacen afición.

Calificación:


Brando interpreta a Marco Antonio. Pero fue más allá: Marco Antonio fue Marlon Brando.
Excepcional adaptación de la obra de Shakespeare, en manos de un
gran director de actores: Joseph Leo Mankiewicz.

Calificación:


La única película dirigida e interpretada por Marlon Brando, supuso la creación de un
personaje frío y de mente calculadora; Johnny Río. Dedicado al robo y pillaje, tras una emboscada, su abyecto
compañero, un sobrio Karl Malden que ya había actuado con él en La Ley del Silencio, lo abandona a su suerte
por lo que es capturado y encarcelado. Historia de venganza y redención, Brando obtuvo un registro
de gran calidad, forzado a veces (como fue su costumbre), pero solvente y lleno de matices.

Calificación:

Aunque esta película, anda a remolque de su predecesora del mismo título protagonizada por unos inmensos
Charles Laughton y Clark Gable, se salva también gracias a sus tres protagonistas principales y el aporte de color,
que le viene como anillo al dedo para mostrar todo el exotismo de las paradisíacas playas de Tahití.
Marlon Brando se enamoró de Tarita (con quien aparece en el afiche) durante el rodaje de la película y
con la que contrajo matrimonio meses después.

Calificación:

El caso de El Padrino, es aparte. Ensalzada por unos y vilipendiada por otros, se trata en mi opinión,
de una buena película con excelentes actores y ambientación, pero que se ve lastrada en varias
fases por un ritmo excesivamente retórico y una brutal violencia demasiado explícita.

Calificación:

© francisco javier costa lópez

martes, 8 de agosto de 2017

Vencerse. Mis Mejores Poemas Para Ti. Poema 40

Hay Que Aprender a Aguantar...


Cortesía de Pixabay.com - Foto: Bernd Hons



Vencerse





Cuando la noche margina sueños,
cuando late desesperadamente,
cuando en sus caminos
se pierde la magia de una mirada
y las campanas solo cantan silencios,
el poeta sufre,
se descarna, y
espera el amanecer,
venciendo sus deseos
de destruir la noche.



© francisco javier costa lópez

lunes, 7 de agosto de 2017

Confucio. Las Analectas. ¿Humanidades 550 años antes de Cristo? Opinión

Sabiduría Milenaria...






Sin entrar en el aspecto discursivo de las humanidades, cuestión esta que por su complejidad no es objetivo de este artículo, si comentaré, según mi opinión, que el declive de sus enseñanzas en los estudios académicos básicos, conlleva un detrimento de la sociedad en cuanto a sus valores más innatos, más necesarios y más útiles para todos. Una sociedad sin principios básicos, es un rulo sin control que todo lo aplasta. Ante el feroz avance del todo vale existe un retroceso en los valores, que hoy, algunos ni se plantean. Mentir o mentirse en la ambigüedad, como he oído por ahí, de que somos muchos, de que madurar es cuestión de tiempo o que la mediocridad no es alarmante, es hacerle un flaco favor a una sociedad que hoy en día camina desbocada y sin freno.
En la España del Siglo XXI, somos los últimos de Europa en los programas educativos primarios y de bachillerato, pero somos los primeros en prepotencia. Nuestra gran mayoría de alumnos más jóvenes, desconocen quién es Cervantes, Goya, Velázquez, Manuel de Falla, Quevedo, Ortega y Gasset, Isaac Peral, Juan de la Cierva, Serrat, Picasso, Alberti... y una larga lista sin salir del territorio nacional, que aún hay que completar con el resto del mundo, hasta hacerla casi infinita. Y todavía es peor: preguntados por sus obras, la mayoría no las conoce, o las conoce de oídas. Hoy la lectura, ha quedado relegada, peor aún, suplantada por los grandes avances tecnológicos que todo nos dan y mucho nos quitan, y una sociedad sin lectura, es una sociedad sin escritura: me basta leer alguno de los escritos de nuestros alumnos para llegar a esta certeza y a esta decepción.
Recuerdo los famosos dictados, que el profesor nos hacía con frases pegadizas, pero solventes en su eficiencia ortográfica: la bacía del barbero, está vacía. ¡Cuántas veces tuve que copiar la bacía del barbero se escribe con b! Sin embargo, a partir de la edad de 8 años, sabía leer y escribir correctamente y, por decir un dato que lo mida, con un 90% de corrección. Y había leído El Quijote 3 ó 4 veces, El Lazarillo de TormesHistoria de la vida del Buscón llamado don Pablos, sabía la autoría de las pinturas de Los Fusilamientos del 2 de Mayo y de La Rendición de Breda (Cuadro de las Lanzas), había oído El Sombrero de Tres Picos, me había dejado embaucar por las tesis de La Rebelión de las Masas, había visto el Submarino de Peral situado en la Plaza de los Héroes de Cavite de Cartagena, sabía lo que era un Autogiro y que este no era un Helicóptero, había oído hasta aprendérmela de memoria, hasta amarla con pasión, la canción Mediterráneo, había visto el Autorretrato de Picasso (por aquel entonces El Guernica, ni estaba en España ni se podía hablar de él, por razones obvias), y intuía porqué Se equivocaba la Paloma...
Por mi parte, no creo descubrir nada nuevo, pero si es bueno consultar de vez en cuando a los estudiosos de las cosas de la vida, que durante siglos, han depurado sus enseñanzas para hacérnoslas llegar y , que por lo menos, las leamos y, mejor si cabe, que aprendamos algo de ellas.
Es el caso de Confucio (K'ung-fu-tzu, literalmente «Maestro Kong». 551 a 479 a. C.), nacido en Lu, hace 2568 años, que nos dejó para la posteridad multitud de enseñanzas, que aún conservan su pleno valor moral y educativo. Su libro más estudiado es las Analectas, transcripción más o menos literal de los debates con sus discípulos, las preguntas de ellos y las contestaciones y explicaciones del maestro. Murió en la ciudad de Lu y fue enterrado en Qufu (Shandong). La residencia familiar, el templo y cementerio de Confucio, fueron declarados Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1994.
Por medio de un excelente poeta americano, Ezra Pound, pude conocer una traducción de algunos fragmentos de su obra Analectas, de las que entresaco para general conocimiento las  siguientes:

Del libro segundo.

XV
  • Confucio dijo: la investigación de los hechos falta de pensamiento es una pura trampa y un enredijo; el mero pensamiento sin datos suficientes, una temeridad.

XVIII
  • Dijo: Yu, ¿quieres una definición de saber? Saber es poner en práctica lo que se sabe, y cuando no se sabe, no tratar de aparecer como que se sabe, eso es saber.

Del libro cuarto.

XI
  • El hombre cabal se ocupa de examinar su conciencia y actuar de acuerdo con ella; el mediocre se ocupa de sus propiedades, el hombre superior, de la legalidad, el hombre insignificante, de conseguir favores.
XV
  • Dijo: no preocupado de perder el puesto, sino de estar capacitado para desempeñarlo; no preocupado por ser desconocido, sino por hacer algo digno de conocerse.

Del libro sexto.

XXV (3)
  • No tener y pretender tener, estar vacío y presumir de plenitud, ser un tacaño y dárselas de liberal: así es difícil alcanzar la consistencia.

Del libro octavo.

XIII
  • Cuando un Estado funciona bien, la pobreza y el desprestigio son motivos de vergüenza; cuando un Estado está en desbarajuste (i. e. mal gobernado, bajo un gobierno corrompido), la riqueza y los honores son la vergüenza.

Del libro undécimo.

XV
  • Tze-Kung preguntó: ¿Quién es mejor, Shih o Shang? Él dijo: Shih se pasa de la raya, Shang no llega a la raya. Tze dijo: ¿Entonces Shih es el mejor? Él dijo: es lo mismo pasarse que no llegar.

Del libro duodécimo.

XVII
  • Chi K'ang preguntó sobre el gobierno. Kung (Confucio) dijo: gobernar es corregir. Si el gobernante es correcto, ¿quién va a ser incorrecto?

Del libro decimotercero.

XII
  • Dijo: con gobiernos honrados en una generación se produciría la consiguiente humanización del pueblo.

Del libro decimocuarto.

XXXV
  • Dijo: un caballo no es de primera calidad por su fuerza, sino por una feliz combinación de cualidades.

Del libro decimoquinto.

XVII
  • Dijo: de la substancia de la justicia el hombre honrado hace sus obras. (Aliter¹: el hombre honrado hace sus actos con la substancia de la equidad).
    (Como en las últimas palabras de Ta S'en: el tesoro de un Estado es la honradez. El capital del Estado es la honradez. La riqueza de un Estado es su honradez. La prosperidad de un pueblo es la honradez de su gobierno).
    ¹ Dicho de otro modo; Otra forma de decirlo.
Estos son algunos fragmentos entresacados de una obra magnánima y totalmente vigente hoy en día, y si no, podríamos preguntárselo a la clase política, al gobierno... pero eso... eso es otra historia.


© francisco javier costa lópez