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sábado, 8 de septiembre de 2018

The Big Clock (El Reloj Asesino). 1948. Crítica de Cine

Un Crimen Pasional...



Ray Milland y Charles Laughton en una escena de esta película



John Farrow, de origen australiano, aunque afincado en EEUU, fue un director de cine, escritor y productor, de los que podríamos decir "de andar por casa", es decir, un artesano del celuloide, que dirigió un buen número de películas con esa frescura característica de los años en los que el cine se hacía con pocos medios, y las historias se basaban en hechos y argumentos, extraídos de escritores poco conocidos o, simplemente, desconocidos. Por otra parte, la elección de los actores es sobradamente acertada, ya que aparte de los secundarios como Harry Morgan (conocido más tarde por interpretar a un coronel en la serie TV MASH) y Elsa Lanchester (esposa de Charles Laughton, y conocida por la cinta «La novia de Frankestein» y por ser la enfermera del propio Laughton en «Testigo de cargo»), los propios protagonistas, Ray Milland (posteriormente conocido por "Crimen perfecto" de Alfred Hitchcock o por «El hombre con rayos X en los ojos» de Roger Corman) y Charles Laughton (conocido por casi toda su obra: «Rebelión a bordo», «Testigo de cargo», «El proceso Paradine», «Tempestad sobre Washintong», etc., etc.), sin olvidar al tercero en discordia George Macready, y a Maureen O'Sullivan (famosa por su papel de Jane en las seis primeras entregas de «Tarzán», junto a Johnny Weismuller), esposa de Farrow, con el que tuvo siete hijos, entre ellos la conocida Mia Farrow, que más tarde la haría ser madre política del mismísimo Woody Allen, que le otorgaría un pequeño papel en las postrimerías de su carrera en la película «Hannah y us hermanas". 
He hecho este breve panegírico, con la finalidad, o eso intento, de comprender un poco más el significado "de andar por casa". Hay que tener en cuenta, que los años de la Segunda Guerra Mundial, se habían encadenado con los de la Gran Depresión, y los primeros años de la posguerra no mejoraron las cosas, el cine incluido, de ahí que este fuera considerado como una gran familia, con más frecuencia de lo habitual.
Después de este rollo, diré, que la película es un acierto en la creación de personajes, donde Milland, como siempre, está correcto, y el gran Laughton, sin cansarse mucho, borda a su cínico personaje. Destacar como queda dicho al mudo que interpreta Morgan y a la excéntrica pintora, encarnada por la Lanchester. En cuanto a la trama, vista hoy día (como me ha pasado a mi), lejos de desilusionarme, ha sido como un viento agradable y fresco que revitaliza la pasión por el cine. Muchos directores de la actualidad, debería mirarse en esta y otras películas de los viejos y clásicos artesanos. Recomendable totalmente. ¡Ah!, y proveanse de palomitas y algún refresco, les ayudará a pasar una agradable velada. De nada.




© francisco javier costa lópez





Calificación:

martes, 15 de mayo de 2018

Frantz (Frantz). 2016. Crítica de cine

Del Dolor al Perdón, Llegaremos a la Esperanza...


Está usted, una fría mañana, fría, porque despierta los sentidos, sentando a la orilla de una playa. No hay viento, las olas se suceden lentamente y esa cadencia produce una rítmica melodía, que lo envuelve y lo relaja, lo emociona y lo hace desear, que ese momento, dure La eternidad y un día (título de una impresionante película de Theodoros Angelopoulos). Es la hora del alba y, todo lo que tiene que hacer, es disponer su alma, para captar uno de los más vibrantes, emotivos y bellos espectáculos de la naturaleza, donde podrá apreciar dentro de una inequívoca paz, una explosión de luz, color y sentimientos, difícil de mostrar en otros momentos.
Y todo esto, es irrepetible y, aunque artistas de todas las disciplinas, de todos los movimientos y de todas las épocas, han tratado de emularlo, se han encontrado con la dificultad de su plasmación en arte. Y aun así, quién se subrogaría El éxtasis de Santa Teresa, si no fuera Bernini, David si no Miguel Ángel, La rendición de Breda si no fuera Velázquez, El Quijote si no Cervantes, El lago de los cisnes si no Tchaikovsky, o el western épico de John Ford. Gracias a tantos y tantos genios, que nos hacen a través de su legado, conocer la belleza y el deseo humano de expresarla y, no solo la reconocible, sino la imperecedera belleza de lo inmaterial, de la llama inmortal que todo humano lleva dentro.
François Ozon y su film Frantz, ofrecen todo cuanto expreso aquí y algo más.
Porque cada uno de ustedes, referirá a su yo interior, una historia diferente; igual en sus conceptos básicos, pero cada matiz, influirá en cada uno de nosotros, de distinta forma, afectando a distintas fibras, al igual que hace, por ejemplo, el sol: a todos nos llega, a todos nos calienta, a todos nos ilumina, pero con distintos rayos.

                          
Atrayentes y expresivos ojos, los de esta prometedora actriz: Paula Beer.

Frantz, es desde el majestuoso cartel promocional, al que me quedo enganchado cada vez que lo veo, por culpa de la atrayente y comunicativa mirada de la protagonista y la condición reflexiva del actor que la acompaña, que por cierto, tiene un parecido espectacular con el genio Dalí en su juventud, como decía, es esa historia que se colará dentro de tu corazón, sin que te des cuenta y, te abrumará a la vez que te elevará al éxtasis; te sobrecogerá para liberarte después y, te volverá a emocionar más allá de tus propios recursos.

Pierre Niney, logra una actuación magistral.
La pulcra fotografía en blanco y negro, es, como en pocas películas actuales, necesaria y las breves transiciones al color, llenas de melancolía y precisas para enfatizar determinados momentos.
La ambientación (Alemania 1919), es exquisita y se nota sobre todo en el vestuario de la protagonista.


Paula Beer y sus enigmáticos ojos, nos conquistan en cada plano donde se hace presente

Los actores están… no tengo adjetivos exactos y suficientes para describirlos: desde el primero al último, geniales; pero si tengo que hablar de Paula Beer y Pierre Niney, ahí ya sí que me quedo rotundamente sin palabras: una de las mejores actuaciones que he visto jamás, llenas de recursos y naturalidad, que harán de usted, un partícipe más de la historia que presencia.
En cuanto a la historia en sí, es una muestra de sacrificio humano, de culpa y arrepentimiento, de la solicitud de perdón y de la concesión de él en condiciones extremas, de la oferta de felicidad a otros dentro del propio dolor y, es también, un viaje sentimental a la experiencia de la esperanza.
En muchos momentos, no he podido reprimir ni la emoción ni el llanto. Pero no es una película lacrimógena, se los aseguro, al igual que también les aseguro, que es una película que va directa a la fibra sensible y al sentido más puro del ser, a ese sentido endógeno que llamamos humanidad y, a esa fuerza irracionalmente racional que conforma al ser humano.



© francisco javier costa lópez





Calificación:

sábado, 15 de julio de 2017

The Curious Case of Benjamin Button (El curioso caso de Benjamín Button). 2008. Crítica de Cine

Retroceder al Nacimiento ¿Es Posible?...








He sentido la incapacidad para andar. He sentido dolor en las manos y he balbuceado como un anciano. He sentido el arrojo que te lleva a superar los golpes, la fortuna de conocer gente, sin vulgares intereses por mi parte. He sentido que el amor trasciende en el tiempo, más allá de lo creíble, y he sentido que la muerte, para quien ha vivido en esa plenitud, sólo es un resurgir, en quien de verdad ha estado a tu lado.
Y he sentido ver una historia maravillosa, de una sensibilidad que estremece, contada con una maestría sublime, poco vista hoy en día y que según avanza, se convierte poco a poco en tu propia esperanza, en tus propias vivencias, en tus amores y recuerdos, en esa tranquila vida, llena de humanidad a la que todos aspiramos.
Si una película, es capaz, como esta, de hacerme sentir, lo que digo haber sentido, seguramente, para mí, no es un cine cualquiera: es una bellísima historia, que te envuelve en un halo de humanidad, tanto como lo puede hacer la propia vida, si tú te lo propones. Ese creo que es el mensaje básico, que la novela de Scott Fitzgerald, trata de transmitir.
En el orden técnico, hablar de un acertadísimo casting: todos los actores, empapan a sus personajes del ánima necesaria, para no sólo hacerlos creíbles, sino naturales a la vez. La banda sonora, se actualiza según la época, marcando aún más la tonalidad melancólica, y la música propia del film, es cuando menos, relajante, equilibrante, en muchos momentos en los que el corazón, parece no aguantar. David Fincher, ha logrado, en mi modesta opinión, crear una película, que veré más de una vez, y de la que espero sacar otros sentimientos, que me ayuden a caminar por este incierto mundo.

Se la recomiendo, sin ningún interés, sólo porque sé de antemano que me lo agradecerá. De nada.


© francisco javier costa lópez



Calificación:

jueves, 13 de julio de 2017

Good Will Hunting (El indomable Will Hunting). 1997. Crítica de Cine

La Superdotación ¿Realidad o Fantasía?...








Si tomamos como punto de partida, la historia que proponen el propio Damon y su amigo Affleck, (ambos autores del argumento), veremos que parte, según mi opinión, de un planteamiento erróneo. Creo, que si fuera posible fotocopiar mentalmente un libro detrás de otro, y almacenarlo en nuestra memoria, ello no nos facultaría para RAZONAR, y muchísimo menos, convertirnos en un especialista, de las disciplinas que no hemos estudiado, demostrado, comparado, revisado, etc., sólo hemos memorizado. A parte esto, la película se desliza por la pantalla, arrastrando imágenes que ya nos suenan, o que nos hacen recordar otras pasadas, quedando prácticamente reducida a los contactos Williams - Damon, donde se encuentra la mayor carga de sentimientos y vivencias, y donde radican los mejores diálogos. Me gusta el personaje de Robin Williams, que siempre sabe salir airoso de sus trabajos. El resto de actores "participa", y esto es un elogio. De parecido registro, "Descubriendo a Forrester", realizada en el año 2000 por el propio Van Sant, me parece más entera, más creíble, menos predecible.

No obstante, los encuentros entre el protagonista Will y el psicólogo al que da vida Williams, conmueven y dan a conocer opiniones de la vida, por la que podría reconmendársela. De nada.


© francisco javier costa lópez



Calificación:

sábado, 4 de agosto de 2012

Mulholland falls (La brigada del sombrero). 1996. Crítica de Cine

Esos Policías y Sus Sombreros...







Desde los tiempos del cine negro, de los Bogart, E.G. Robinson, Cagney y Welles, entre otros, a la más moderna Chinatown, esta película, encaja entre ellas, por un guión al puro estilo del cine negro, envuelta en abalorios modernos, pero sublimemente estudiados, para componer una historia deslumbrante en todos sus cuidados aspectos. Veamos algunos de ellos:

  • A) El empleo del cigarrillo (puro, en el caso de Penn), casi como un ritual, que en varias escenas, donde la tensión aumenta, es como un bálsamo, y que hasta Griffith, utiliza al despertar, después de saberse engañada por su marido; creo que es de las películas donde más se fuma, con el beneplácito del público. 





  • B) El vestuario es impecable; si pudiéramos consultar los antiguos figurines de la abuela, nos sería fácil encontrar este tipo de vestir en aquella época (los 50); El remate del sombrero, que da título a la película, es el elemento que mitifica a los intérpretes, y que se presta a unirlos (diferentes escenas, así lo corroboran), es decir, los protagonistas, no serían los mismos sin sombrero.
  • C) El coche, es otro de los logros del “casting”, y se convierte en el quinto miembro de la brigada con total solvencia y protagonismo.
  • D) La historia, con extraños vericuetos y roma en su planteamiento, al igual que las magistrales “La senda tenebrosa”, “Tener y no tener”, “El tercer hombre” o “La dama de Shanghai”, que suelen no dejar claros, elementos, objetivos y sobre todo el desenlace, que en cualquier película del género, supone una reflexiva interrogante.



  • E) El elemento sexual, encarnado en la bellísima Connelly, que siempre tiene gran importancia en la trama; comentar que la Connelly, a la que admiro como actriz y me deslumbró con su sensualidad y belleza, luce aún más bella, en “Labios ardientes”, también encasillada dentro del cine negro.

En definitiva, una película a tener en cuenta, donde Nolte, Connelly, Chazz Palminteri, Michael Madsen, Chris Penn y Melanie Griffith, y las breves apariciones de Bruce Dern, Rob Lowe, Louise Fletcher y John Malkovich, sitúan el listón en posición alta. Caso aparte, para Nick Nolte, que llena la pantalla desde el primer momento, con su corpulencia y magistral interpretación.

Como final, mi desacuerdo con otras valoraciones, que se atreven con una visualización, a elevar comentarios, que lo que hacen, es, desanimar al presunto espectador, y provocar las risas de unos y las iras de otros. Si el cine, es tenido como un valor artístico, se ha de comprender la decisión de su autor a llevarlo en la forma que estime conveniente; otra cuestión es, que guste o no. Por ello, he leído de esta película, que se trata de una película fallida, con argumento decadente, donde se mezclan distintas tramas, y que se vuelca en exceso en el personaje central. Muchas de las más aclamadas películas del cine negro, se valen de estos planteamientos para resolver un cine, que apabulló por su solvencia y recreación artística. Valga como ejemplo, a bote pronto, la magnífica “La mujer del cuadro”.


El gran Nick Nolte


© francisco javier costa lópez´



Calificación:

domingo, 27 de diciembre de 2009

Citizen Kane (Ciudadano Kane). 1941. Crítica de Cine

En la cima de Hollywood...




Un frutal es capaz de dar a la vez,
el mejor y el peor fruto.
Lo difícil es, saber cual es cual.

(francisco javier costa lópez)





Yo diría que es imposible hasta que lo pruebas. Algo parecido, sucedió con Orson Welles. Demasiadas cataduras en su haber, hasta que alguien probó las mieles de su enorme potencial.
Orson Welles, nació en Kenosha (Wisconsin) el 6 de mayo de 1915. Muy pronto demostró sus grandes cualidades en el arte de la escenografía y dirección y con sólo 14 años, dirigía su propia compañía teatral en la universidad, y 2 años más tarde, el Maxine Eliott Theatre de Nueva York, le contrata para el montaje del Fausto de Marlowe, con un rotundo éxito. Pero de espíritu inquieto y emprendedor, deja el teatro para dedicarse a la radio, medio muy potente en aquellos años, donde con objetos cotidianos (palillos, diversos papeles, finas chapas y su innegable imaginación) realiza una adaptación de “La guerra de los mundos” de H. G. Wells (1938), con tal realismo que el país entero, pensó que se trataba de la crónica en tiempo real sobre una invasión de extraterrestres, dándose muestras de terror en las grandes ciudades: se colapsaron las centrales de policía y bomberos, millares de personas se lanzaron a la calle presas de una histeria colectiva, y alguna crónica negra hablaba incluso de algún muerto como resultado de la ansiedad que creó dicha audición.

Fue la R.K.O. y Welles aceptó.  En la primera visita a los estudios, dijo: “Este es el más maravilloso juguete jamás ofrecido a un niño”(1). No sin obtener varios fracasos en su intento de elección de un tema para su primera película, el 30 de julio de 1940, comienza el rodaje de “Citizen Kane (Ciudadano Kane)”, de la que Welles es actor, director y coautor junto al guionista Herman J. Mankiewicz, con gran experiencia en guiones cinematográficos, aunque para Richard Meryman, biógrafo de Mankiewicz, el guión estaba basado en una idea de este último titulada “American”, escrita en colaboración de otro de sus biógrafos, John Houseman, socio de Welles(2).
Antes de su terminación, cuando aún estaba en fase de montaje, los medios de comunicación americanos, ya habían creado una aureola en torno a ella, haciendo que la ansiedad por su estreno fuera en alza. Por fin la mejor película de la historia del cine: “Ciudadano Kane”, que habría de convertirse a la postre en una obra maestra, y que desde casi su estreno encabeza la lista de las mejores 100 películas(3), se estrenó el día 1 de mayo de 1941, con gran afluencia de público y gran revuelo informativo. En tanta importancia es tenida esta película, que muchos especialistas no dudan en hablar del cine hasta Ciudadano Kane y el cine después de Ciudadano Kane.
Técnicas nunca o mal empleadas hasta entonces, se renovaron y utilizaron en esta película, que marcó el punto de comienzo para otra forma de realizar y de ver el cine: decorados, contraluces, primeros planos, una incisiva utilización de la cámara y la subrayación que de los personajes efectúa Welles, fueron ensalzados por una crítica ávida de una remodelación que había costado mucha tinta, y ahora gratuita y placenteramente llegaba de la mano de un genio. Orson Welles, es por méritos propios uno de los mayores genios que nos ha dado el cine como expresión artística. Su mayor virtud: su propia independencia. Welles es un fenómeno, necesario para que un arte como el cine no corra los peligros que lo acechan: métodos, convenciones, financieros, políticos, morales o sociales. Welles contravino los mandatos de la prepotente industria cinematográfica, manteniéndose incólume y defendiendo al cine como un nuevo medio de expresión artística. Y esto, en un mundo que camina defendiendo arte y artistas… siempre que produzcan beneficios, le paso factura. Pero como afortunadamente, los cinéfilos somos más y mejor organizados que los que se tildan de benefactores, aunque en un principio diéramos la espalda a la mayoría de sus obras, hoy se puede afirmar, que su cine, con algunas lagunas producidas por su independencia, es uno de los pilares más sólidos en los que se asienta la cinematografía moderna. Ciudadano Kane, es básicamente la historia de una vida, que a veces inconscientemente y a veces decididamente, busca los recuerdos de la niñez, la infancia perdida, la felicidad de una vida familiar, la seña de identidad en la que se asienta el personaje.

Este hecho propició que el cine, después de tan generosa muestra de arte y sentido publicitario,  decidiera abrir sus puertas al joven Welles.



“Rosebud”, es la palabra clave de la película, pronunciada segundos antes de morir el protagonista Charles Foster Kane (Orson Welles), del que de su mano yerta, cae una bola de cristal en la que en su interior hay una casita y al agitarse, un polvo blanco en 
 

 

movimiento da la sensación de un paisaje nevado, ocurriendo en presencia de su enfermera, única acompañante del gran magnate, a excepción de las piedras y vidriera de la enorme mansión, que a modo de monumento funerario, mandó construir en vida. 


Esta palabra, es el hilo de unión de numerosos flashback, a los que recurre Welles, para construir la figura del protagonista. Y este es el medio del que se vale Welles para desarrollar una serie de técnicas, que variaron de raíz el lenguaje cinematográfico hasta entonces cuestionado por la crítica y defendido por directores de escasas ideas. La posición de la cámara buscó ángulos inauditos, la iluminación se adueñó del espíritu de la secuencia, y cuando falto de recursos financieros tuvo que sacar adelante el film, su desbordante imaginación y el empleo de sublimes técnicas, heredadas de su experiencia teatral, creó escenas, que han quedado grabadas en los anales filmográficos para la posteridad. Una de estas escenas, está rodada en la más –solemne- oscuridad, con la presencia de unos pocos muebles, decorados de cartón y los protagonistas. 


La iluminación proviene de la luz del día pasando a través de un cartón recortado en forma de vidriera gótica que se conduce forzando su perspectiva a una mesa que impera en el centro de la –estancia-. Otra vez la posición de la cámara, su oblicuidad, el empleo de lentes gran angular, la profundidad de campo de la toma, inducen al espectador a situarse en una gran mansión, donde nada había, excepto los muebles y los personajes.
“A veces, ha dicho Jean Cocteau(4), su audacia es tal, tiene tal fortuna, que el público se deja vencer(5)”
Y esto viene a ocurrir con esta película, aunque su mal acogida por el público, se conoce que fue debida a otras circunstancias, al margen de la propia película. Todo indica que el guionista encargado por la R.K.O., Herman J. Mankiewicz, estuvo investigando la vida del magnate del periodismo William Randolph Hearst, y en la que posteriormente se basó para escribir el mencionado guión conjuntamente con Welles. Hearst, dueño de un imperio periodístico y poseedor de una gran fortuna, primero intentó destruir los negativos y copias de la película, presionando a la R.K.O., por distintos medios, llegando a ofrecer los gastos totales originados por la producción, que ascendían a 842.000 dólares.
Pero gracias a George Schaefer, directivo de R.K.O.que había puesto su prestigio en la elección de Welles, se negó a destruir la película, pero decidió que su estreno no se oficiara en el Radio City Music Hall de Nueva York(6). La película que había sido propuesta para varios premios de la Academia, finalmente y debido al alboroto de la industria promovido por Hearst, sólo concedió un Oscar menor: mejor guión, para Welles y Mankiewicz, siendo este su único Oscar oficial, aunque posee uno honorífico, otorgado en 1970 a toda su trayectoria profesional, que no pasó a recoger.
El paralelismo entre Hearst y Kane, es claro y evidente, como lo demuestran algunos pequeños detalles: ambos fueron expulsados de Harvard, ambos coquetearon con la política, tuvieron una amante, que quisieron hacerla diva de la ópera sin conseguirlo, ocasionando su propia destrucción personal, ambos eran ambiciosos y magnates de la prensa, y sus opiniones por medio de los titulares periodísticos, leyes para el pueblo americano. Incluso la portentosa finca que aparece en el film, llamada “Xanadú”, es una copia fiel del Castillo de Hearst, hoy convertido en museo y uno de los más visitados del país.
Pero todo esto, Welles, lo ha negado siempre rotundamente…

Estos son algunos comentarios del propio Welles, sobre su película, entresacados de una entrevista realizada al actor, por los periodistas André Bazin, Charles Bitsch y Jean Domarchi(7): 

¿Pretendía usted criticar a la civilización americana en Ciudadano Kane o La Dama de Shangai?

  • Evidentemente. Creo que todo artista tiene la obligación de criticar su propia civilización y a sus propios contemporáneos. Es una función clara y neta para cualquier artista con un mínimo de ambición. Todo francés (la entrevista se realizó en Francia. Nota del autor), debe criticar a la civilización francesa contemporánea. Es responsabilidad nuestra.


¿Acaso era su intención criticar un cierto sentido capitalista de la vida?

  • ¿Un sentido capitalista en contraposición a un sentido materialista? Si admitiera criticar al capitalismo, parecería adoptar una actitud marxista, y no es el caso. No es simple casualidad que una película como Ciudadano Kane esté prohibida en Rusia; no les gusta nada, ni siquiera un poco más que a los capitalistas. Yo soy antimaterialista, no me gusta el dinero, ni el poder, ni el daño que hacen a la gente. Es un viejo sentimiento de lo más simple. Y por encima de todo me opongo a la plutocracia(8) y es precisamente a la plutocracia americana a la que critiqué de diversas formas en películas tales como El cuarto mandamiento, La dama de Shangai o Ciudadano Kane…


¿Y en Sed de mal?

  • Sí, también. Pero creo que a partir de ahora me van a interesar más los abusos de la policía y del Estado que los del dinero, porque hoy en día el Estado es más poderoso que el dinero. Ahora busco la forma de expresar todo esto.



Ficha Técnica de la película

Cargo
Persona
Productor
Orson Welles
Productor asociado
Mercury Theatre / R.K.O.
Argumento
Orson Welles
Guión
Herman J. Mankiewicz, Joseph Cotten y John Houseman
Fotografía
Gregg Toland
Dirección artística
Van Nest Polglase y Perri Ferguson
Música
Bernard Herrmann
Montaje
Robert Wise y Mark Robson
Duración original
119 minutos
Interpretes
Nombre
Personaje que interpreta
Orson Welles
Charles Foster Kane
Dorothy Commingore
Susan Alexander
Joseph Cotten
Leland
Everett Sloane
Bernstein
Ray Collins
James Gettys
George Coulouris
Thatcher
Ruth Warrick
Emily Norton
Agnes Moorehead
Mrs. Kane
Erskine Sandford
Carter
Paul Stewart
Raymond

Nominaciones a los Oscar

Año
Categoría
Persona
Resultado
1941
Mejor película
Candidata
1941
Mejor director
Orson Welles
Candidato
1941
Mejor actor
Orson Welles
Candidato
1941
Mejor guión original
Orson Welles
Herman J. Mankiewicz
Ganadores
1941
Mejor banda sonora
Bernard Herrmann
Candidato
1941
Mejor fotografía B/N
Gregg Toland
Candidato
1941
Mejor montaje
Robert Wise
Candidato
1941
Mejor dirección artística
Perry Ferguson
A. Roland Fields
Van Nest Polglase
Darrell Silvera
Candidatos
1941
Mejor sonido
John Aalberg
Candidato

Si comparamos estas dos tablas, observamos que existen discrepancias entre los créditos de la película y las candidaturas, aunque no está claro el porqué. También si nos fijamos, esta película tuvo dos montadores, que posteriormente, fueron grandes directores de Hollywood, por un lado
Robert Wise (Ultimátum a la tierra. 1951 – West side story. 1961 – Sonrisas y lágrimas. 1965 – El Yangtsé en llamas. 1966) y Mark Robson (El ídolo de barro. 1943 – Más dura será la caída. 1956 – El albergue de la sexta felicidad. 1958 – El premio. 1963).

Destacar también, que una de las facultades del admirado Welles, residía en su portentosa voz, lo que le hizo ser reclamado en multitud de ocasiones, para prestar su voz, sobre todo como narrador. Una de ellas, sirvió para la presentación en el mundo musical de un fabuloso grupo “The Alan Parsons Project”, con su mítico disco “Tales of mystery and imagination” (Historias de misterio e imaginación), dedicado a la obra de Edgar Allan Poe, que terminaría por convertirse en uno de los mejores discos de rock sinfónico de la historia.
Volviendo a Welles, y puesto que nos encontramos en el contexto de una revista literaria, y dada la calidad de su aportación, voy a incluir, las dos introducciones, que a sendas canciones del disco, nos ofrece este personaje:

A dream within a Dream

"For my own part, I have never had a thought which I could not set down in words with even more distinctness than that with which I conceived it. There is, however, a class of fancies of exquisite delicacy which are not thoughts, and to which as yet I have found it absolutely impossible to adapt to language. These fancies arise in the soul, alas how rarely. Only at epochs of most intense tranquillity, when the bodily and mental health are in perfection. And at those weird points of time, where the confines of the waking world blend with the world of dreams. And so I captured this fancy, where all that we see, or seem, is but a dream within a dream."


("Por mi parte, jamás tuve pensamiento alguno que no pudiera expresar mediante palabras con la misma claridad con la que lo imaginé. Sin embargo, existen ciertas clases de fantasías, de exquisita delicadeza, que no son pensamientos en absoluto, y que hasta ahora me han resultado completamente imposibles de adaptar al lenguaje. Estas fantasías emergen del alma, por desgracia, muy rara vez. Sólo en estados de inmensa tranquilidad, cuando la salud de la mente y del cuerpo están en un perfecto estado. Y en esos extraños momentos del tiempo, cuando los límites del mundo real se entremezclan con el mundo de los sueños. Así, capturé esta fantasía, en la cuál todo lo que vemos o nos parece ver, no es más que un sueño dentro de un sueño.")


The Fall of the House of Usher

"Shadows of shadows passing. It is now 1831, and as always I am absorbed with a delicate thought. It is how poetry has indefinite sensations, to which end music is inessential. Since the comprehension of sweet sound is our most indefinite conception, music, when combined with a pleasurable idea, is poetry. Music without the idea is simply music. Without music or an intriguing idea, colour becomes pallor, man becomes carcase, home becomes catacomb, and the dead are but for a moment motionless."

("Veo pasar Sombras de sombras. Ahora es 1831 y, como siempre, un delicado pensamiento me absorbe. Se trata de cómo la poesía posee sensaciones indefinidas, para las cuáles la música es superflua. Ya que la comprensión del sonido dulce es nuestra concepción más indefinida, la música, cuando se combina con una idea placentera, se convierte en poesía. La música, sin la idea, es simplemente música. Sin música o sin ninguna idea misteriosa, los colores se vuelven pálidos, el hombre se vuelve huesos, el hogar se transforma en catacumba, y los muertos no están más que momentáneamente inmóviles.”)


Filmografía de Orson Welles

Como director

1941
 Citizen Kane (Ciudadano Kane / Ciudadano Kane)
1942
 The Magnificent Ambersons (Los magníficos Amberson / El cuarto mandamiento)
1942
 It's all trae (inacabada)
1942
 Tanques (Tanks) (inédita y desconocida)
1945
 The Stranger (El extraño)
1947
 The Lady of Shangai (La dama de Shangai)
1947
 Macbeth (Macbeth)
1952
 Othello (Otelo)
1955
 Mr. Arkadin (Mister Arkadin/Confidential report)
1956
 Moonraker  (desconocida en argumento)
1957
 Touch of Evil (Sed de Mal / Sombras del mal)
1962
 El proceso (The Trial)
1965
 Campanadas a medianoche (Falstaff)
1967
 The Deep  (inacabada)
1968
 Una historia inmmortal (The immortal story)
1969
 Don Quijote de Orson Welles (inacabada y montada en 1992 por Jesús Franco)
1970
 Al otro lado del viento (inacabada)
1973
 F for Fake (F de Falso / Falso)
1978
 Filming Othello
 
Como actor  

1938
 La guerra de los mundos (War of the Worlds)
1941
 Citizen Kane (El Ciudadano / Ciudadano Kane)
1944
 Jane Eyre (Jane Eyre)
1945
 El extraño (The Stranger)
1947
 The lady of Shanghai (La dama de Shanghai)
1947
 Macbeth (Macbeth)
1952
 Otelo (Othello)
1949
 El tercer hombre (The Third Man)
1956
 Moby Dick (Moby Dick)
1957
 Touch of Evil (Sed de Mal)
1958
 El largo y cálido verano (The long hot summer)
1959
 Compulsión
1962
 El Proceso (The Trial)
1965
 Campanadas a medianoche (Chimes at Midnight)
1966
 Un hombre para la eternidad (A man for all Seasons)
1967
 Casino Royale (Casino Royale)
1968
 Una historia inmmortal (The immortal story)
1968
 Castillo de naipes (House of Cards)
1970
 La batalla del río Neretva (Bitka na Neretvi / The Battle of Neretva)
1973
 Fraude (F for Fake)
1972
 La isla del tesoro
1986
 Transformers: La película (Voz de Unicron)


Por último y a modo de colofón, comentar que aparte de su afición a los puros habanos de gran calibre, fue un enamorado de España y su fiesta brava, visitándonos en repetidas veces, y siendo un asiduo de los sanfermines,  donde conoció a los maestros de aquella época. En la finca que uno de ellos, Antonio Ordoñez,  posee en Ronda (Málaga), descansan sus cenizas, a petición del propio Welles, que vio realizado su deseo, un año después de su muerte por infarto en Los Angeles en 1985.


 Notas del autor

1     Historia ilustrada del cine. (3 volúmenes. Tomos 510, 511 y 512). René Jeanne y Charles Ford. Alianza Editorial. El libro de bolsillo. Copyright del año 1947. 1ª edición en “El libro de bolsillo” 1974. Cita: Página 319, volumen II, tomo 511
2   Historia del cine. (5 volúmenes). Escrito por División de Grandes Obras de SARPE. Editorial SARPE (Sociedad Anónima de Revistas, Periódicos y Ediciones). Copyright del año 1984. 1ª edición 1988. Cita: Página 367, volumen II
3     Las 100 mejores películas”.John Kobal. Alianza Editorial. El libro de bolsillo, tomo 1502. Copyright del año 1988. 1ª edición en “El libro de bolsillo” 1990
4   Jean Maurice Eugène Clément Cocteau, (1889-1963), más conocido como Jean Cocteau, fue poeta, novelista, dramaturgo, pintor, diseñador, crítico y cineasta francés. Entre sus obras cabe destacar, como poeta “Le Cap de Bonne-Espérance. 1918”, como novelista “Les Enfants terribles. 1929”, como dramaturgo “Orphée. 1926 “, como pintor “Drôle de ménage. 1948”, como cineasta “Le sang d'un poète. 1930
5     Historia ilustrada del cine. (3 volúmenes. Tomos 510, 511 y 512). René Jeanne y Charles Ford. Alianza Editorial. El libro de bolsillo. Copyright del año 1947. 1ª edición en “El libro de bolsillo” 1974. Cita: Página 19, volumen III, tomo 512
6   Historia del cine. (5 volúmenes). Escrito por División de Grandes Obras de SARPE. Editorial SARPE (Sociedad Anónima de Revistas, Periódicos y Ediciones). Copyright del año 1984. 1ª edición 1988. Cita: Página 370, volumen II
7   Buñuel, Dreyer, Welles. André Bazin y Jacques Donil-Valcroze (entrevistan a Luís Buñuel). Michel Delhaye (entrevista a Carl Theodor Dreyer). André Bazin, Charles Bitsch y Jean Domarchi (entrevistan a Orson Welles). Editorial Fundamentos. Copyright del año 1984. 1ª edición en español 1991. La entrevista a Orson Welles, recogida en este libro, fue publicada en el nº 87 de Cahiers du Cinema. Septiembre de 1958. Cita: página 74 del libro
8      Plutocracia (definición según el diccionario de la Real Academia Española):

1.  f. Preponderancia de los ricos en el gobierno del Estado.

2.  f. Predominio de la clase más rica de un país.

9     Bases de datos consultadas: Wikipedia, FilmAffinity, IMBd
10   Enlaces de interés:


 Pintura de Jean Cocteau: Drôle de ménage (1948)




Película de Jean Cocteau: Le sang d’un poète (1930)




© agosto de 2009 - francisco javier costa lópez