Extracto de «El Profeta». 1923
DE LA BELLEZA
Y un profeta dijo: háblanos de la Belleza.
Y él respondió:
¿Dónde hallar la Belleza y qué hacer para encontrarla si ella no es vuestro camino y vuestro guía? El humillado y el ofendido dicen: «La Belleza es amable y abundosa. Camina entre nosotros como una joven madre, avergonzada casi de su propia gloria.» Y los apasionados dicen: «No, la Belleza está hecha de fuerza y de terror. Como la tempestad, que sacude la tierra bajo nuestros pies y el cielo sobre nuestras cabezas.» El hastiado y el aburrido dicen: «La Belleza está hecha de blandos murmurios. Habla en nuestro espíritu. Su voz invade nuestros silencios como una luz mortecina que tiembla de temor a las sombras.» Mas el inquieto dice: «La hemos oído gritar entre las montañas. Y a sus gritos, retumbó un rodar de cascos, el batir de alas y el rugir de fieras.» Durante la noche, los guardianes de la ciudad dicen: «La Belleza vendrá con el alba desde Levante.» Y al atardecer, los labriegos y los caminantes dicen: «La hemos visto inclinarse sobre la tierra desde las ventanas del crespúsculo.» En invierno, el sitiado dice: «Vendrá con la primavera, saltando por las colinas.» Y en el calor del estío, los segadores dicen: «La hemos visto danzando entre las hojas del otoño y vimos torbellinos de nieve en su cabello.»
Todo esto es lo que habéis dicho sobre la Belleza. Mas en verdad hablasteis no de ella, sino de vuestras necesidades insatisfechas. Y la Belleza no es una necesidad, es un éxtasis. Ni una boca sedienta, ni una mano vacía que suplica. Sino un corazón ardiente y un alma encantada. No es la imagen que querríais ver, ni la canción que desearíais oír. Es una imagen visible aunque cerréis los ojos, y una canción que oís aunque os tapéis los oídos. No es la savia que corre bajo la rugosa corteza, ni un ala adherida a una garra. Sino un jardín eternamente en flor, y una bandada de ángeles eternamente en vuelo. Pueblo de Orfalís: la Belleza es la vida cuando la vida alza el velo y muestra su rostro esencial y sagrado. Mas vosotros sois la vida y el velo. La Belleza es la eternidad contemplándose en un espejo. Y vosotros sois la eternidad y el espejo.
Gibrán Jalil Gibrán nació en Becharre, Líbano en 1883 y murió en New York en 1931
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